La Plata
Se trata de Marcelo César Ibáñez, quien protagonizó el fatal accidente en Diagonal 79 y 4, en pleno centro de la capital bonaerense. La defensa solicitó que la condena sea de ejecución condicional. El viernes se dará a conocer la sentencia.
Marcelo César Ibáñez, admitió su culpa.
LA PLATA-BUENOS AIRES Este martes, a las 9, se dio inicio a la segunda y última audiencia de debate por la muerte de Martín Recalt, el joven de 16 años que fue embestido el domingo 23 de septiembre de 2013 en la vereda de Diagonal 79 y 4 de La Plata por una camioneta Ecosport.
Por el hecho hay un solo imputado: Marcelo César Ibáñez. El fiscal y la querella pidieron una pena efectiva, mientras que la defensa solicitó que la condena sea de ejecución condicional. El viernes se dará a conocer la sentencia.
En la jornada final, prestaron declaración tres testigos: un médico policial, un conocido del acusado y una testigo ocular de la tragedia.
El primero de los testimonios fue aportado por el médico legista Javier Bardón, quien revisó a Ibáñez a las 14, es decir cuatro horas después del fatal episodio y constató un aliento etílico que se alineaba con un grado de intoxicación que llegó al menos hasta el primero de los niveles.
El perito indicó que existen tres grados de intoxicación por alcohol y que el primero de ellos puede generar pérdida de equilibrio, inestabilidad y baja el nivel de percepción fina de las personas. Además, certificó que bajo este grado de influencia una persona no está apta para conducir un automotor debido a que la visual se ve alterada.
Tras esta declaración y a pedido de la defensa, declaró Martín Salas un joven que iba junto a Ibáñez en el momento del hecho, ya que se encontraba en el asiento del acompañante. Indicó que circulaban a una velocidad promedio de 70 kilómetros por hora, a pesar de que las pericias mecánicas incorporadas al expediente dieron cuenta de que la velocidad mínima alcanzada por el imputado fue de al menos 91 km/h.
“No me pareció ni extraño ni normal el hecho de que manejara a esa velocidad”, contó Salas e indicó que luego del impacto y al ver a la víctima se fue a la casa de su madre “porque tenía miedo”. Además agregó que al ver el cuerpo de Recalt, “Ibáñez estaba desesperado y llorando. Llamé a la policía con el celular de él”, agregó el testigo.
El último de los testimonios aportados en el juicio abreviado, fue el de Carmen Oliva quien minutos antes del hecho vio desde su Peugeot 206 como la camioneta que conducía Ibáñez intentó golpear a un carro con tracción a sangre que circulaba por Diagonal 79.
“Quiso impactarlo y logró esquivarlo, hizo el amague pero cuando intentó doblar perdió el control y la camioneta hizo un trompo golpeando a los tres chicos que pasaban. El vehículo quedó arriba de la vereda sobre calle 4 entre un árbol y un canasto”, indicó la diciente.
Luego puntualizó: “noté que del interior de la camioneta salía música e hizo maniobras muy bruscas”.
Los alegatos
El fiscal de Instrucción y Juicio de la Fiscalía 10 de La Plata, Carlos Vercellone, pidió ante Claudia Greco la jueza del Juzgado Correccional 4, una pena efectiva de tres años y diez meses con inhabilitación para conducir automotores por diez años para Ibáñez. Además requirió que el acusado cumpla con tareas comunitarias, cursos de capacitación para manejo y que se le impida la ingesta de bebidas alcohólicas.
Asimismo, Vercellone señaló que conforme a las pruebas recolectadas, se encuentra debidamente acreditado que el conductor manejaba en estado de ebriedad y que “esto resulta ser un agravante que debe ser tenido en cuenta a la hora de ejecutar una sentencia”.
Pidió que sea condenado por: “homicidio culposo agravado por la conducción imprudente de automotor en concurso ideal con lesiones culposas agravadas”.
Por su parte, el abogado Andrés Pajón, quien representa a la familia Recalt, coincidió con el pedido elevado por la fiscalía solicitando una condena ejemplar y efectiva para Ibáñez.
En tanto, Gonzalo Oliver Tezanos, abogado defensor del acusado requirió que la pena para su cliente sea en suspenso y adhirió a que purgue una condena con trabajos comunitarios, cursos de capacitación, inhabilitación para conducir y hasta la prohibición de ingerir bebidas alcohólicas.
“Mi defendido se hizo cargo de ser el autor material del hecho y no ha vuelto a manejar desde entonces, quedó muy mal y lleva una culpa que no podrá quitarse nunca. Nada podrá subsanar el daño ocasionado porque se ha perdido una vida, pero mi cliente ya carga una pena”, indicó el letrado ante la jueza.
“Me siento culpable por lo que sucedió”
Ibáñez hizo uso del derecho que le asiste a todos los acusados en juicio, y esbozó las últimas palabras antes de que se diera a conocer la sentencia en su contra: “me siento culpable por lo que sucedió, soy el autor del hecho y acompañé el dolor de la familia, les dije que estaba a su disposición para lo que necesiten”.
“Acompaño el dolor, tengo un hijo de la misma edad, manejo hace 25 años y jamás me pasó algo así, esto es una tragedia, mi voluntad es estar al servicio de la justicia. Acompaño a la familia porque yo también soy sostén familiar, estoy dispuesto a cumplir con lo que disponga la justicia. Soy católico y sé que hay un Dios y tanto él como la justicia dirán cuál es la pena”, finalizó el acusado.
La lectura del veredicto será el próximo viernes 24, a las 12.30, en la sala del Juzgado Correccional 4 de La Plata.
La moraleja, si es que cabe alguna, es ES MUCHO MAS FACIL NO IR RAPIDO A LAMENTAR LAS CONSECUENCIAS. IRREPARABLES E IRREVESIBLES. EN ALGUNOS CASOS.
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