Se recuerda a la proverbial figura de
de Liborio Luna , el cual supo tener su comité en la calle 9 y 29, en el lugar donde ahora está la librería Benedini. Un día antes de los comicios se reunían en el mismo, donde muchos votantes jugaban a la taba, se hacían asado, empanadas y mate, teniendo que retirarse los que ya había votado, haciéndolos salir por los fondos, que daba en ese entonces por la calle 8, a la altura de lo que hoy se encuentra la clínica, no sin antes personas de la confianza de don Liborio le daban 2
pesos de la vieja moneda a cada sufragante.
1880, los comicios se encontraban instalados en la vereda de la plaza Mitre, frente a la Iglesia y otros frente a la escuela numero 1. Recordemos que las mujeres no votaban. Cuando se acercaba un ciudadano a votar, la mesa decidía si debía o no votar, existía una mesa para un partido político, para los demás partidos, otras mesas, bien separadas. De igual modo siempre había reyertas, peleas y hasta corría la sangre, donde los caudillos trataban de imponer e instigar el voto. Cuentan las crónicas cuando un partido opositor contrató un pelotón de guapos armados con armas cortas y largas, los cuales aparentemente eran foráneos. Guareciéndose en las inmediaciones, la policía los aprehendió cuando huían cerca de Monteverde.