EL GOLF Y EL AUTO CLUB DE 25 DE MAYO Y UN CONFLICTO QUE NECESITA INTERVENCIÓN ESTATAL
Las Mulitas ocupa, en comodato, un predio que es propiedad de la entidad tuerca, que trascendió prevé vender o usufructuar para pavimentar el circuito "22 de Julio", que se encuentra en tierras municipales, parte de las cuales utiliza para sembrar soja u otro cultivo.
El conflicto es institucional y de difícil resolución. El Auto Club de 25 de Mayo recibió un amplio predio municipal a la vera de ruta 46, donde realizó el circuito "22 de Julio", y su antigua pista quedó concesionada en manos de Las Mulitas Golf Club, que parquizó el lugar y lo convirtió en sus excelentes canchas.
Vence en 2017 el contrato, que se firmó en 1989 como comodato de uso gratuito, pero se volvió oneroso cuando, en el 2000, Las Mulitas pagó 20.000 dólares más 24 cuotas de 150 pesos para continuarlo hasta 2017, valor que por entonces significaba cerca de la mitad del valor total de la tierra. El Auto Club quiere recuperar el predio para venderlo, lograr un alquiler o usufructuarlo de alguna manera que le permita obtener recursos.
El Golf -ahora con Escuela municipal de la especialidad- quedaría así sin un sitio en el que mucho trabajó e invirtió más aún. No hay plata que pague lo hecho.
La situación es que se perjudicaría a una institución. Y no está en discusión que las tierras pertenecen a la entidad automovilística. Sin embargo, difícilmente actuaría así si no contase con un amplio lugar que no lo adquirió con recursos propios, sino que lo cedió la Municipalidad.
Debería el Gobierno municipal intervenir más a fondo, para impedir que el Auto Club presione al Golf. La solución, desde el punto de vista comunitario, sería que el Auto Club quede como propietario de su predio en ruta 46, y el otro pase a manos de la comuna, y ésta lo cediese al Golf en comodato.
Es loable el fin del Auto Club que pretende, con el dinero que le ingrese, pavimentar la pista. Pero no es lógico, porque entonces cualquier institución intermedia podría pedir que la comuna le done un terreno y vender el propio para hacer obras.
El conflicto es institucional, pero se torna comunitario, y no habrá posibilidad de zanjar las diferencias sin participación estatal, tanto del Ejecutivo como de los concejales, que no pueden mantenerse al margen de la situación.
Vence en 2017 el contrato, que se firmó en 1989 como comodato de uso gratuito, pero se volvió oneroso cuando, en el 2000, Las Mulitas pagó 20.000 dólares más 24 cuotas de 150 pesos para continuarlo hasta 2017, valor que por entonces significaba cerca de la mitad del valor total de la tierra. El Auto Club quiere recuperar el predio para venderlo, lograr un alquiler o usufructuarlo de alguna manera que le permita obtener recursos.
El Golf -ahora con Escuela municipal de la especialidad- quedaría así sin un sitio en el que mucho trabajó e invirtió más aún. No hay plata que pague lo hecho.
La situación es que se perjudicaría a una institución. Y no está en discusión que las tierras pertenecen a la entidad automovilística. Sin embargo, difícilmente actuaría así si no contase con un amplio lugar que no lo adquirió con recursos propios, sino que lo cedió la Municipalidad.
Debería el Gobierno municipal intervenir más a fondo, para impedir que el Auto Club presione al Golf. La solución, desde el punto de vista comunitario, sería que el Auto Club quede como propietario de su predio en ruta 46, y el otro pase a manos de la comuna, y ésta lo cediese al Golf en comodato.
Es loable el fin del Auto Club que pretende, con el dinero que le ingrese, pavimentar la pista. Pero no es lógico, porque entonces cualquier institución intermedia podría pedir que la comuna le done un terreno y vender el propio para hacer obras.
El conflicto es institucional, pero se torna comunitario, y no habrá posibilidad de zanjar las diferencias sin participación estatal, tanto del Ejecutivo como de los concejales, que no pueden mantenerse al margen de la situación.
Recientemente hubo una puja por una antena de telefonía. El Golf gestionó ante una empresa y logró un significativo pago para ceder un minúsculo espacio del predio para que se instalase la estructura. El Auto Club, entonces, litigó mediante un abogado reclamando que le correspondían parte de los ingresos. La "solución", para no ingresar en una demanda judicial, fue que Las Mulitas le entregara cheques por la mitad del valor cobrado.
Entonces, el Golf ocupa un lugar en comodato pero evidentemente no dispone íntegramente de él, porque el Auto Club reclama. Al mismo tiempo, la entidad tuerca usufructúa, utilizando la pista y sembrando y cosechando cereales en hectáreas que son propiedad de la comuna, y nadie le solicita que la ganancia la entregue, cuando con el mismo criterio podrían pedirle desde el Estado que brinde todo o la mitad a otras instituciones intermedias, a algunas municipales que tanto necesitan de recursos, como la Casa del Niño San Miguel Arcángel, por ejemplo. Antes era beneficiado el Hospital Unzué, pero hace años que no recibe nada.
La situación es tan ríspida que ni del Golf, ni del Auto Club, ni del Gobierno municipal han aludido públicamente. Pero se trata de intereses económicos, deportivos y sociales de 25 de Mayo, y por tanto, ignorarla no es el camino, y mucho menos la salida para superarla.
Entonces, el Golf ocupa un lugar en comodato pero evidentemente no dispone íntegramente de él, porque el Auto Club reclama. Al mismo tiempo, la entidad tuerca usufructúa, utilizando la pista y sembrando y cosechando cereales en hectáreas que son propiedad de la comuna, y nadie le solicita que la ganancia la entregue, cuando con el mismo criterio podrían pedirle desde el Estado que brinde todo o la mitad a otras instituciones intermedias, a algunas municipales que tanto necesitan de recursos, como la Casa del Niño San Miguel Arcángel, por ejemplo. Antes era beneficiado el Hospital Unzué, pero hace años que no recibe nada.
La situación es tan ríspida que ni del Golf, ni del Auto Club, ni del Gobierno municipal han aludido públicamente. Pero se trata de intereses económicos, deportivos y sociales de 25 de Mayo, y por tanto, ignorarla no es el camino, y mucho menos la salida para superarla.
El contrato que han firmado el Auto Club y el Golf vence en 2017. Esperar hasta entonces no es prudente, principalmente en perjuicio de Las Mulitas, que corre riesgo de quedarse sin nada si la institución con sede en calle 31 casi esquina 7 decide vender las tierras de su antiguo circuito, sobre todo si logra estirar el comodato que tiene con la Municipalidad por el predio de ruta 46 y que está por expirar.
Si fuese ese el fin para, con lo recibido, pavimentar el "22 de Julio" que se encuentra en tierras municipales, estaría beneficiándose en demasía desde el Estado a una entidad en desmedro de otra.
No se trata de comparar cuál cumple un rol deportivo o social más importante, sino de que ambas tengan su lugar y puedan pensar y encarar obras sin dudar qué les deparará el futuro, porque por lo pronto ni el Auto Club puede invertir en demasía en las tierras que ocupa, ni el Golf pensar llevar a cabo mejoras que no sabe si las utilizará más allá de 2017.
Una solución posible sería que, si las normas lo permiten y con intervención del Concejo Deliberante, la Municipalidad done el predio que ocupa a la vera de la ruta provincial Nº46 al Auto Club, éste ceda a la comuna las tierras de calle 25 y 204, y desde la Intendencia entregue en comodato al Golf el espacio que hoy ocupa, fijándose la diferencia de valor que existiera. Regalarlas no, porque si algún día desapareciera el club de golf, ¿qué sería de la propiedad? Sucedería lo mismo que hoy con la sede del Radio Club, que no se usa pero es de la institución porque oportunamente fue obsequiada por el Estado.
Más allá de lo que es o no justo, es entendible que cada institución, como ocurre con otras tantas deportivas, sociales o cooperadoras, pugnen por su propio crecimiento. Lo cierto es que cuando eso ocurre, y hay propiedades municipales de por medio, es el Estado quien debe intervenir.
Así las cosas, planteado el problema desde estas páginas, que lejos de profundizar un conflicto institucional busca aportar a su solución, sin más dilaciones debería la Intendencia intervenir y, con los tiempos que demanden las documentaciones existentes, poner fin al conflicto.
Si fuese ese el fin para, con lo recibido, pavimentar el "22 de Julio" que se encuentra en tierras municipales, estaría beneficiándose en demasía desde el Estado a una entidad en desmedro de otra.
No se trata de comparar cuál cumple un rol deportivo o social más importante, sino de que ambas tengan su lugar y puedan pensar y encarar obras sin dudar qué les deparará el futuro, porque por lo pronto ni el Auto Club puede invertir en demasía en las tierras que ocupa, ni el Golf pensar llevar a cabo mejoras que no sabe si las utilizará más allá de 2017.
Una solución posible sería que, si las normas lo permiten y con intervención del Concejo Deliberante, la Municipalidad done el predio que ocupa a la vera de la ruta provincial Nº46 al Auto Club, éste ceda a la comuna las tierras de calle 25 y 204, y desde la Intendencia entregue en comodato al Golf el espacio que hoy ocupa, fijándose la diferencia de valor que existiera. Regalarlas no, porque si algún día desapareciera el club de golf, ¿qué sería de la propiedad? Sucedería lo mismo que hoy con la sede del Radio Club, que no se usa pero es de la institución porque oportunamente fue obsequiada por el Estado.
Más allá de lo que es o no justo, es entendible que cada institución, como ocurre con otras tantas deportivas, sociales o cooperadoras, pugnen por su propio crecimiento. Lo cierto es que cuando eso ocurre, y hay propiedades municipales de por medio, es el Estado quien debe intervenir.
Así las cosas, planteado el problema desde estas páginas, que lejos de profundizar un conflicto institucional busca aportar a su solución, sin más dilaciones debería la Intendencia intervenir y, con los tiempos que demanden las documentaciones existentes, poner fin al conflicto.
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