Un gato llamado Bart luego de ser arrollado por un vehículo, hizo lo que hace todo gato arrolado por un vehiculo, es decir morirse.
Su dueño, Ellis Hutson, abatido por la dolorosa situación, le pidió a un vecino que le diera sepultura.
Según el periódico The Tampa Bay Times, pasó que el vecino solidarizado cavó un pozo poco profundo, y que el animal al recobrar su fuerza logró salirse de la tumba.
Las condiciones en las que Bart regresó con su dueño fueron espeluznantes, una mandíbula fracturada, un ojo aplastado, la cara llena de lesiones. También estaba deshidratado y hambriento. El diario de esa ciudad asegura que el felino fue operado. Le extirparon el ojo que tenía complicado, le cosieron la mandíbula y le insertaron una sonda gástrica. La intervención costó mil dólares y confían que en seis semanas esté recuperado y pueda estar otra vez con su amo
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