Regalada, sorteada, no fué habitada ni alquilada AÚN.
Infructuosos fueron los intentos de Barbero, director de una escuela superadora que con mucho esfuerzo no llega mediocre, lo cierto es que la vivienda, aún con todas sus comodidades, NO FUÉ HABITADA.
Lujosa, remozada, enrejada, pintada, sin uso, un verdadero chalet centrico valuado en no menos de dos millones de pesos.
El misterio que se cierne sobre una casa que fué construida con el proposito que una pareja de recien casados allí viviera, corria el año 1940 y Argentina vivia en blanco y negro, Peron era Perón y Evita le tiraba la goma con destreza, en 25 de Mayo, eran tiempos de piringundines, prostibulos, casas de juego, guapos y trolos que se hacian pasar por tangueros, porque al trolo, le gusta el tango, porque es macho, y porque tiene olor a bolas.
Colaboradora del blog exhibe una Chinchilla. |
Don Carlos y Mirta Flores, poseian unas cuatro mil hectareas de campo que destinaban a la siembra de cacao y a la cria intensiva de chinchillas, si, precursores en la zona, solia verse a los gauchos intentando arrear esos bichos agiles veloces y esquivos, mucho mas confuso eran las yerra, en donde el peludo animal se negaba abierta desesperada y rotundamente a ser marcado con un hierro candente.
Millones de esos bichos habian construido una fortuna en base a damas de alta sociedad que deseaban exhibir sus tapados de piel, de chinchillas, claro.
Flores, había prosperado con el negocio, y su esposa, Mirta, dedicaba largas horas a la filatelia, y a jugar a la wikka,
si aún en 1940 ya habia, y dicen que su hija Rocio, Flores, se habia enamorado de un joven apuesto, apuesto a que no lo imaginaban, Carlos Garnachas era hijo de un comerciante italiano quien habia prosperado vendiendo ballenitas para los cuellos tanto de camisas como de sacos, pero su fortuna venia por su genial invención de un calzoncillo que se podia sacar sin quitarse los pantalones.
Fue entonces que Rocio Flores y Carlitos -el hijo de Carlos- Garnachas decidieron unirse en matrimonio. Por una razón de economia redactiva digamos que se querian con pasíon con ardor y todo eso.
Se casan, deciden mudarse a la casa que el viejo de ella le habia hecho, pero la noche de bodas, Carlitos en momentos en que se aprontaba a "consumar" bien "consumado" el matrimonio como dice Agustin de Hiponensis "Non videtur esse lex, quae iusta non fuerit" y "Non clavarun chuuchi sees volax comme sinc" "no es mas rico quien mas tiene sinó quien menos necesita" y "sinó las clavas las mujeres se vuelan como chapas" es se prestó todo al momento esperado cuando enderepente ella dijo "no te amo".
El la miró, y le dijo "y ahora que hago con todo esto?".
Ella huyó en la noche, cruzó la calle 29 que en ese entonces era de empedrado, y no estaba tan bien iluminada y la atropello un caballo que venia conducido por un joven, a alta velocidad.
Ella no murió por supuesto pero el pensó que si y se suicidó allí mismo descerrajandose -no se sabe bien a ciencia cierta como aparece un revolver de tambor calibre 38 en la escena de una noche de bodas pero alli estaba- deciamos descerrajandose un disparo en el miembro mientras vociferaba "Cogotéas cual tortuga en verano y me pregunto que me mirás tuerto!!".
El tampoco se murió, pero claro, nunca pudo concretar nada, aunque vivió una vida maravillosa bajo el nombre de Carla.
Hoy en dia, esa casa desde aquel dia de la calle el empedrado el caballo y el revolver, jamás fué habitada.
Dicen que por las noches, se escucha un disparo, y un grito, caballos y otro grito, pero la gente tiende a pensar que debe ser una pelicula que están dando en la televisión de Cowboys o algo.
Así lo narró el Dr Montechia junto al Dr Unanue el el programa "historias de mi pago" conducido por ambos en Canal 33.
Claro que no creemos en esta historia, pero resulta mucho mas creible que suponer que la gente sencillamente se niega a vivir en una vivienda hermosa amplia espaciosa sin estrenar lujosa amueblada reacondicionada rifada ni aún REGALADA.
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