Rescaté esta foto y dejando de lado el excelente foto montaje, es un trabajo que dice a gritos una realidad, muy artística, muy expresiva de nuestra realidad en donde el alambrado y el pasto significa el ostracismo que sufre nuestro pueblo como una enfermedad crónica, con la soledad, el desarraigo de nuestra gente y nuestra falta de amor y de ideas claras. Un encierro de un alambrado de púas difícil que nuestro pueblo no puede sortear. Un atardecer que indica el final de algo, dejando esperanza de una noche reparadora en ideas para esperar la salida de un nuevo sol, un día diferente quizás. En el fondo nuestros preciados edificios que nos identifican y que simbolizan nuestra pertenencia.
Una foto que refleja nuestra realidad, pero a su vez deja la puerta abierta a la esperanza. Algo muy bueno para compartir en este mar de quejosos y quejadumbres.
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