LA FUENTE DE LA JUVENTUD y EL CUENTO DE LA BUENA PIPA por PAMELA MEDIOTTE

Promociones de cremas anti-age, gente mediática mostrando sus nuevas cirugías esteticas (innecesarias), mujeres y hombres otorgando ideales de belleza irreales.... En fin, la lista es muy extensa...

Están matando nuestro poder de imaginación con imágenes ilusorias.

Resulta que ahora el objeto de deseo es la degradación de la estampa femenina...

Y nosotras como mujeres, colaboramos con este proceso al entrar en la competencia, pensando que la fuente de la eterna juventud existe...

Somos tan responsables, como víctimas...

Es sorprendente como existen cada vez  mas casos de mujeres que han optado por profesar religiones en las que se exige como requisito, la utilización de vestiduras que ocultan la totalidad del cuerpo, y gran parte del rostro; como signo de repudio a estas tendencias desvalorizantes.

 

Una nota de La Nación Revista fechada en Noviembre de 2010, nos revela:

 

En el marco de estas discusiones, Yusra Dasha, estudiante de Derecho, 18 años, domiciliada en Madrid, vestida con pañuelo y holgadas prendas largas, lanzó a la prensa española: "El hijab me iguala con el hombre. El velo permite que se me mire como una mujer con mente. No soy un cuerpo. He escuchado estos días en la radio que una mujer es una melena bonita. Me parece repugnante. ¿Lo único que me da valor es mi pelo? Entonces, no. Prefiero ir con mi velo y no ser un trozo de carne". Una postura muy similar a la sostenida por Hebah Ahmed a la hora de relatar su experiencia como ingeniera mecánica. "No importaba cuán inteligente fuera. Nunca obtenía el respeto de mis compañeros varones; bromeaban, hacían observaciones fuera de lugar, e incluso me manosearon un par de veces. Por eso usar el niqab es liberador. Ahora ellos tienen que lidiar con mi cerebro porque no les doy otra opción."

Sin entrar en el extremismo, éste fragmento de documento, me ha hecho reflexionar sobre como influyen los abusivos mensajes de belleza inalcanzable que los medios lanzan. El refuerzo de baja autoestima que esto provoca en las mujeres. El cambio de mirada que genera esto en los hombres.

Antes era un escándalo que una mujer mostrase un hombro en público, hoy, una mujer con senos naturales resulta poco erótico… Tan ciegos estamos que no somos capaces de ver la belleza y la capacidad del SER? Hasta que punto nos creímos el cuento de la perfección física. No nos damos cuenta que también este tipo de cuestiones nos sumerje en círculos viciosos y degradantes?

Pamela Mediotte