Mas precisiones. Sobre la violaciòn en General Alvear y no Pacheco como mal titulara Clarin.com

La nota esta bañada por una atmosfera de prejuicio.
Se intenta denotar ignorancia, falta de cultura, sumisiòn y falta de conocimiento.
Este prejuicio es normal para con la gente del interior, en parte por quienes pretenden creer que es real, la decepcion llega pronto, no hay "Indigenas o nativos Sioux ni Comanches -en parte porque no son etnias de nuestras pampas-" en el interior, y de Capital no llegan "Europeos" en parte tambièn porque tampoco son etnias de nuestras zonas costeras.
La nota.

• General Pacheco

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"Ahora que están detenidos me siento un poco más tranquila"

12/06/10 Cuenta que su novio, uno de los acusados del ataque sexual, jamás la había maltratado.

PorSergio Dima
General Alvear. Enviado Especial

TODO EL DOLOR. MARCELA (DE ESPALDAS) JUNTO A SU PADRE JULIO, CON QUIEN VIVE EN UNA CASA POBRE DE ALVEAR.

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• Los imputados se negaron a declarar

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Marcela recién se despierta. Tiene los cachetes hinchados de dormir y un rayón ya casi cicatrizado que cae en una de sus mejillas. El pelo lacio, bien negro. Los ojos chiquitos, aunque inundados de un inmenso enojo que no alcanzará a explicar.

Habla poco, sonríe menos . El jueves 3 a la madrugada, Marcela (es un nombre ficticio para preservar su identidad) se presentó junto a su madre en una comisaría para denunciar que había sido violada por tres jóvenes en una casa de General Alvear, una localidad a 250 kilómetros de la Capital Federal.

Uno de los señalados por la adolescente –que tiene 14 años– era su novio, un muchacho identificado como Darío Ruiz, también del pueblo y doce años mayor que ella. "Ahora que están detenidos me siento un poco más tranquila", cuenta la chica a Clarín . Marcela fue críada desde los seis meses por su padre, Julio, un albañil desempleado que vive en un rancho precario y derruido , enclavado en un barrio de casas modestas, a pocas cuadras de la plaza principal.

Marcela relata que había empezado a salir hace seis meses con Darío, un cuidador de caballos de carreras , con quien comenzó a tener más trato mientras ella pasaba el tiempo en lo de su abuela. En determinado momento, la relación con Darío se cortó. Luego de la ruptura, "en el medio estuve viendo a otro chico", recuerda. El miércoles 2 a la noche, el joven le mandó un mensaje y la citó en una casa cerca del centro del pueblo para "arreglar la situación" entre ellos. El lugar es un chalé alquilado por una familia porteña con campos en Alvear, en la que trabajaría la madre del joven acusado.

Fue allí que la violó junto a otros dos muchachos. Nadie en esa pequeña ciudad ganadera alcanza a explicarse por qué pasó lo que pasó. Y Marcela tampoco.

Julio mete algunos leños en la salamandra para avivar el fuego y ambientar la casa. Calienta un poco de agua para cebar unos mates mientras Marcela come algo. "La pizza –dice ella para aquietar los nervios– es mi comida preferida". Mueve la cabeza para decir "no", en respuesta a si en alguna oportunidad anterior su novio la había maltratado, si le había pegado o agredido. Y ahora levanta la cabeza, con más fuerza, saca su mirada de algún lado y vuelve a decir que "no", que no estaba enamorada de Darío. Más tarde, cuando Marcela agarre su bicicleta y se vaya a la casa de una amiga, Julio pondrá en duda esa negación: "Yo creo que sí, que estaba enamorada" . El silencio de Marcela es un universo lleno de desilusión y de imágenes que preferiría olvidar: cuando entra a esa casa a oscuras, la luz se prende y se topa con varias caras conocidas que la someten a un ataque del que no tiene defensa.

Fuente. Clarin.com

http://www.clarin.com/policiales/Ahora-detenidos-siento-tranquila_0_278972185.html