No decimos aquí que las maestras y los profesores nos han engañado. Más bien, trateremos de tirar por tierra todos esos argumentos y postulados que repetimos como loros desde el séptimo B y no volvimos a reformular. Aquí, cómo es conveniente seguir y seguir y seguir aprendiendo. Aún de grandes.

1. Tenemos sólo 5 sentidos. Cualquier niño pequeño te dirá que es cierto, que los cinco sentidos del ser humano son la vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto. De acuerdo a la Escuela de Medicina en Harvard, existen seis sentidos más en el cuerpo humano. Por ejemplo, la propiocepción, que es el sentido encargado de informar la posición del cuerpo en relación a sí mismo. Otro de los sentidos que se mencionan, es la percepción temporal o el sentido del tiempo, que si bien parece sólo parte de nuestro lenguaje cotidiano, en realidad es de los más importantes, pues es el que se encarga de unirlos a todos. El sentido de equilibrio, llamado también la equilibriocepción y otros como: la termocepción, la interocepción y la nocicepción, los cuales puedes consultar en la página de la escuela de medicina en Harvard.
2. El mapa de la lengua. Probablemente recordás la clase en que te enseñaron que la lengua humana está trazada con una especie de mapa, en el que se localizan las áreas perceptivas de sabor. Por ejemplo, la teoría menciona que los sabores dulces se identifican solamente en la punta de la lengua y la percepción del resto de los sabores en otras áreas. La verdad es que el científico alemán D.P. Hanig, llevo a cabo una prueba de sabor en la que descubrió que algunos voluntarios experimentaron ciertos sabores con más intensidad en ciertas regiones de la lengua. Cuarenta años más tarde, un académico de Harvard, el Dr. Boring, interpretó mal los resultados de los estudios y el mapa que consideró como resultado, era simplemente el plan de trabajo para realizar la prueba. Actualmente, los investigadores han sabido por años que toda el área de la lengua es prácticamente igual de sensible a los diferentes tipos de sabores.
3. Utilizamos sólo el 10 por ciento de nuestro cerebro. Esta teoría que se le atribuye infundadamente a Albert Einstein, es uno de los mitos más antiguos sobre nuestro cuerpo. De acuerdo al British Medical Journal (BMJ), investigadores aclaran que la mentira surgió en 1907, para argumentar el potencial de las personas de desarrollar múltiples talentos. La verdad es que utilizamos el 100 por ciento de nuestro cerebro. Especialistas señalan que las imágenes de resonancia magnética y estudios del metabolismo cerebral, demuestran que durante el día no queda ninguna parte del cerebro sin ser activada. Lo importante es fomentar la actividad cognitiva y cerebral desde la infancia, porque eso mantiene y aumenta las conexiones cerebrales.
4. Debemos tomar 8 vasos de agua al día. El consejo de beber 2 litros y medio de agua diarios se remonta a 1945, gracias a una recomendación del Consejo Nacional de Investigación de los Estados Unidos. Posteriormente en 1974, el nutricionista Frederick Stare, avaló el consejo sugiriendo consumir de seis a ocho vasos cada 24 horas. Sin embargo, se ha omitido la segunda parte de las recomendaciones, las cuales señalan que la mayor parte de los dos litros y medio de agua, se encuentran en los alimentos preparados y que, como aclara Stare, incluyen cualquier otro líquido como té, café, leche y cerveza, además del agua contenida en las frutas y verduras. De cualquier forma, hidratarse es fundamental para el buen funcionamiento del cuerpo, pues perdemos diariamente cerca de un litro de agua, que debe reponerse para la actividad del metabolismo.
5. Leer con luz tenue puede causar ceguera. De acuerdo a información del NY Times, leer con poca iluminación o a la luz de las velas, no causa pérdida de la visión, como nos enseñaron. Simplemente, la falta de luz puede crear la sensación de tener dificultades para enfocar y también reduce el parpadeo, lo que causa molestias, porque no se mantiene lubricado el ojo, pero esto no es un efecto que persista ni que dañe la visión.
6. La obesidad depende del metabolismo. Mucho se dice que un metabolismo lento o acelerado, es la causa de que una persona tenga sobrepeso. La verdad es que de acuerdo a algunos científicos, el metabolismo es igual en personas delgadas y obesas, incluso se detectó que algunas personas sin sobrepeso, tienen un metabolismo mas lento que otras que padecen de obesidad. Lo que realmente causa que una persona suba de peso, es que no se mantiene un equilibrio entre las calorías que consume y las que quema.
7. La personalidad se define por el lado del cerebro dominante. Nada es más falso que decir que una persona es más creativa o más analítica porque utiliza más determinado lado del cerebro. La masa cerebral, sí tiene algunas estructuras especializadas que se encargan de realizar determinadas funciones, pero no se agrupan en un lado específico. Los científicos afirman que para ser verdaderamente creativos o analíticos, es necesario tomar recursos de ambos lados del cerebro.
8. El pelo y las uñas siguen creciendo aún después de la muerte. Este es un mito que incluso algunas personas que tuvieron contacto con cadáveres aseguran es cierto. Sin amargo, el médico forense, William Maple, en un artículo de BMJ, asegura que el crecimiento del pelo y de las uñas requiere una compleja regulación hormonal, que no se mantiene después de la muerte. La realidad es que los tejidos blandos se deshidratan, lo que puede llevar a la retracción del cuero cabelludo o de la piel alrededor de las uñas. Esto crea la apariencia de que crecieron, pero sólo es el contraste provocado entre los tejidos blandos encogidos y las uñas o el pelo.
9. Afeitarse provoca que el pelo crezca más grueso y oscuro. Seguramente muchas veces escuchaste esto, y hasta recibido el consejo de depilarse. Pero dermatólogos y estudios que datan de 1928, aseguran que el afeitarse remueve solamente la parte muerta del vello y no la sección viva que está bajo la piel, por lo que es improbable que se afecte el ritmo del crecimiento. En realidad lo que se elimina es sólo la punta, que es más delgada y por eso al salir pareciera ser más grueso y duro. Además, agregó que como el vello nuevo no ha sido sometido a la luz solar o a la exposición de químicos, al surgir aparenta ser más oscuro.
10. La mayor parte del calor corporal se pierde por la cabeza. En algunas partes del mundo, sobretodo en las que el clima frío es más frecuente, se dice mucho que es bueno cubrirse bien la cabeza, porque el cuerpo pierde calor a través de ella. En realidad tapar la cabeza tiene tanto efecto como en cualquier otra parte del cuerpo. De acuerdo al sitio cracked.com, el mito surgió en la década de los 50, cuando el ejército de los Estados Unidos, realizando unas pruebas de supervivencia en climas fríos, cubrió a sus soldados en todas las partes del cuerpo, menos en la cabeza; obviamente esto aceleró la perdida del calor corporal. A raíz de esto, se imprimió un manual de supervivencia, en el cual se aconsejaba abrigar la cabeza porque se perdía del 40 al 45 por ciento del calor interno a través de ella.
Fuente: cracked.com
Adaptado
XRM y Asoc