Estas personas -ver foto- son ex combatientes. Son quienes tuvieron que acudir a la guerra mientras cumplia con el servicio militar OBLIGATORIO, "Colimbas", mientras otros se quedaban con sus argumentos y sus discursos revolucionarios de izquierda, en casita, y con el rabo entre las patas.
Estos chicos, mayores ya hoy, padres, abuelos, alguna vez tuvieron 17 y 18 años y tenian padres, y hermanos, y amigos, y muchos, los veiamos subirse a los colectivos en la terminal de Omnibus local, fletados gratuitamente para regresar luego del franco a los Cuarteles respectivos, Tandil, Azul, o cualesquiera fuera les tocara cumplir con la conscripcion. Yo recuerdo esa tarde noche, hacia un ligero frio, la terminal de omnibus, en donde abordaban con sus uniformes, inusualmente, colmada en su vecindad por vehiculos, silencios que lo decian todo, llena de vecinos observantes, familiares, madres padres hermanos y amigos, ibamos a "despedir" a estos "colimbas", intuyendo inocentemente que quizá "la cosa era en serio" y que mas de uno, tal vez, no volveria de ese viaje que allí emprendian.
Otros, los mas viejos, comprendian que acaso en su lugar, en el nuestro, y en el de las mujeres, iban a ponerle "el pecho a las balas" a expulsar al invasor Inglés, con agua hirviente, o con aceite, como en el 1800 y "hace mucho tiempo alguna vez".
Con el tiempo, nos enteramos que los fondos patrioticos, no llegaban a las islas, que pasaban hambre, y que no comian tan bien como un uniformado nos decia por televisión.
Eran dias de frio, de imagenes en blanco y negro.
De estar en guerra.
Mirando a estos hombres, no podés decirles que fue una guerra perdida, que no sirvió, que perdimos, que las Malvinas son Falklands. No podés decirles que no lograron nada. Porque sería mentirles, sería darles vuelta la cara. Ellos vieron, ellos sintieron, ellos estuvieron, ellos pelearon, que les podés decir para quitarles el honor, de haber servido a un alto ideal, defender lo que les decian de chicos que la patria era, tu casa, tu familia, tu lugar, tu bario, tus amigos, tu familia, tu mamá, tu papá.
Quizá viendo el mundo con los ojos de un niño, comprenderiamos que han regresado de un largo viaje, que comenzó, hace 33 años, y que aún hoy, los trae de vuelta, cada año.
