LENTA, ASÍ SERIA LA VENGANZA DE LA ENFERMERA |
La mujer, cuyo nombre se desconoce y de la que se tienen pocos datos sobre sus actividades, tuvo además que sufrir el repudio de la población, que desconocía su plan y la acusó de colaboracionista antes de ser descubierta por la Gestapo y ejecutada.
El gesto ocurrió en 2012 pero se dio a conocer hace poquito, a través de una entrevista al actual residente del domicilio en el que vivía la enfermera, el abogado jubilado Karel Friml, de 79 años de edad, que exhibe una placa conmemorativa en la fachada de su vivienda.
“Sus actos fueron su propia resistencia y venganza por la violación de su país y la suya propia”, ha declarado Friml. El abogado tiene constancia de que la enfermera “tenía muchos amantes alemanes, quizás seis, quizás diez, quizás más”.
La policía secreta nazi, la Gestapo, que preparaba por aquel entonces un plan para aniquilar la identidad nacional de los checoslovacos a través de ejecuciones y deportaciones, tuvo conocimiento de las actividades de la enfermera. “Descubrieron a qué se dedicaba y acabaron con su vida de un disparo”,
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