UNA SINGULAR LÓGICA DE EJERCICIO DEL PODER: ACALLAR LAS VOCES.

Desde hace un tiempo a esta parte, parece advertirse una tendencia del gobierno nacional en tratar de acallar las voces de todo aquel que piense distinto. Sin ir más lejos tenemos el ejemplo de Ricardo Darín, quien, simplemente se preguntó, sobre el crecimiento patrimonial del matrimonio Kichner.

Darín recibió la inmediata e impiadosa  contraofensiva de la Presidente, un ataque que parecía contener además un mensaje velado para todo aquel que osara opinar distinto. Un  envío ejemplificador.

Esta forma particular de ejercitar el poder, se encuentra enmarcada en una lógica, que parece insinuar que el otro, que no comulga con las ideas  del gobierno, es peligroso, se erige en una amenaza. Y quizás sea así, porque ese otro que opina diferente  puede marcar errores, deficiencias,  que las cosas no son lo que parecen, que  el discurso ensayado no es  tan sincero como se pretende. Que   esa exterioridad mostrada en programas como 6 7 8, TVR, puede verse afectada, si una voz tan querida como la de Darín, plantea un simple interrogante sobre como construyó su fortuna el matrimonio presidencial.

Esta dinámica de ejercicio del poder parece obedecer a una idea de totalizar al otro, desde afuera mediante el apriete, la amenaza, el miedo, desde adentro haciéndole creer que estamos ante una revolución inigualable en la historia argentina. En donde nuestros dirigentes son discípulos de San Martin, Moreno, Belgrano.

Totalizar al otro se puede llevar a cabo, como dije desde lo externo, por la fuerza, desde lo interno, cambiándole el sistema de valores y creencias, adoctrinándolo.

Y con mayor éxito cuando se conjugan lo externo y lo interno, como aconteció con la conquista de América por parte de los españoles. La espada, que servía para dominar lo externo, imponiendo la fuerza, mientras con la biblia se  evangelizaba  logrando la modificación de la estructura de valores (lo interno). Traicionando así,  los propios postulados contenidos en el evangelio, ese mismo que se usaba para la dominación. 

El caso de  América, contiene aristas muy particulares, en donde parece que la dialéctica conquistador-conquistado  no llegó a imprimirse lo suficiente. Por ello, quizás, la abolición fue más intensa, inmisericorde.

Por el contrario los gobernantes actuales, sí deben someterse al escrutinio popular, sí necesitan de ese reconocimiento, y este es el punto de inflexión, lo que va a permitir que ese intento de totalizar, se vea cercado y  limitado.

Porque cuando ese otro que es acallado, amedrentado, vulnerado en su libertad de expresión, advierte que también existen otras voces en similar situación, que no está solo, se comienza a construir un entramado que restringe esa lógica implacable y totalizadora.

La edificación de este entramado está llena de obstáculos y dificultades, no es lineal, ni se logra de un día para el otro.

Quizás este razonamiento totalizador, si bien sabe que el mayor adversario no es el declarado, ha vislumbrado  que  el mayor adversario es el que comienza a tener razón.

                             Graciela Lamiquiz

                                DNI 23391143

                                   Abogada