COMPORTAMIENTO ARGENTINO EN LA MESA
Por el comportamiento privado de los argentinos y por la manera en que se comportan en la mesa, en familia, es imposible hacer una descripción agradable.
Sus maneras a la mesa son las de verdaderos gitanos: leen el diario colmándose mutuamente de insultos, apoyan sus miembros arriba o abajo de la mesa, se tragan la mitad de sus cuchillos, escupen en la alfombra con caradurismo de yankis, gesticulan y se inclinan sobre la mesa al calor de las discusiones, fuman cigarrillos entre platos y, si no comen, mientras los otros comen —costumbre apaciguadora que estimula la expectoración y suscita la controversia—, usan los mismos cubiertos para todos los platos (entrada, pescado y carne).
En una palabra, apenas llegan a sus casas, cambian el comportamiento estudiado que muestran en la calle por modales dignos de murgueros.
(SIR HORACE RUMBOLD, embajador de Gran Bretaña en la Argentina, a partir de octubre de 1880) -actualmente apartado de la embajada por razones de mortalidad particular-
Por el comportamiento privado de los argentinos y por la manera en que se comportan en la mesa, en familia, es imposible hacer una descripción agradable.
Sus maneras a la mesa son las de verdaderos gitanos: leen el diario colmándose mutuamente de insultos, apoyan sus miembros arriba o abajo de la mesa, se tragan la mitad de sus cuchillos, escupen en la alfombra con caradurismo de yankis, gesticulan y se inclinan sobre la mesa al calor de las discusiones, fuman cigarrillos entre platos y, si no comen, mientras los otros comen —costumbre apaciguadora que estimula la expectoración y suscita la controversia—, usan los mismos cubiertos para todos los platos (entrada, pescado y carne).
En una palabra, apenas llegan a sus casas, cambian el comportamiento estudiado que muestran en la calle por modales dignos de murgueros.
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