El sofismo, es un termino que aplicado a la politica, y digo esto porque Graciela me decia que cuando querìa escribia bien, a una semana que no me responde los correos siento que tenia que darle la razon, escribiendo bien, al menos, o intentando, o lo que ella creyera que escribir bien signficada, o yo intepretar, lo cierto es que eso, era lo que me decia, de modo que, entonces, escribirè sobre el sofismo que es un asunto que està en voca de los medios periodisticos y es tema de debate en el Noticiero de Canal 3 inclusive en sus repeticiones -un tanto muy parecidas a las versiones originales pero mas previsibles aùn que cuando en tiempo real-.
El sofismo, define a quienes utilizan de forma practica el pensamiento, ya sea para gobernar bien (corriente e eurìpica, hoy un cacho en desuso) o para mentir deliberadamente (corriente pindàrica, de plena vigencia). En epocas en que los griegos se preocupaban mas por las cuestiones filosoficas que por el paro docente y los tarifazos, el sofista ejercìa una funciòn educadora, a diferencia del unico docente que no se solidarizarìa con sus pares docentes, diremos del abogado y docente Nicolas Lasa quien dice ser ambas cosas del mismo modo que dice ser Director del Pami y funcionario Pro, cosa que, cuando lo echen del Pro, o no lo voten, cosa que ocurrirà, cuando no ambas, se tenga presente lo contradictorio, interdicto, y depredador interno que ya lo identifica, sea ala sombra de una mujer, sea Borrego, o Vidal, lo cierto, que la educacion sofista se metiò en la polis en el medio de la cuestiòn, el arte de desparramar sabiduria se convirtiò en una profesiòn rentable y destinada a ocupar espacios publicos, pese a que, Baradel insista y Vidal lo niegue. El termino sofista, adquiriò entonces, un sentido peyorativo, que, primero generò profundos debates en las àgoras entre los platonicos que detestaban el engañoso arte dialectico sofista, y los protagòricos, que lo consideraban un excelente modo de vida.La discusiòn terminò de sanjarse, a lo largo y a lo ancho del siglo veinte, cuando los filosofos y los politicos, o quienes aseveran ser una cosa y o la otra u acaso ambas, por que no, decidieron que era mejor abandonar cualquier tipo de sabiduria, engañosa o no, para dedicarse lisa y llanamente a buscar el beneficio personal sin que ningun tipo de pensamiento interfiera en las transacciones, derivadas de la practica politica.
La honestidad de quienes creian en ser ellos mismos, sin incurrir en contradicciones, es algo no solo practico desde el pensamiento, sinò en la practica. Personalmente me resultan entrañablemente presente, quienes fueron practicos no solo en su vida, sinò en la hora de su muerte, especialemente al decidir como y cuando, por el otro, el innecesario derrapar hacia esa misma pero temida muerte, de quienes ya vienen a medio velar, no solo por su pensamiento, sinò por la lastimera insistencia de recandidatearse, introducirse en ambitos, colarse en instituciones, en pos de una tranquilizadora diferencia patrimonial que no se alcanza no por animos tranformistas, sinò por falta de agradecimientos y por justificados reproches a dichos pasos de murga y de manos sin ningun otro arte que el de hacer guita convirtiendosè en una rotunda mentira, aburrida, por cierto.

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