En esta semana, se ocupó de entrevistar al Sr Moritán, reconocido comerciante de nuestro medio, quien, allá lejos y hace tiempo solia arrojar figuritas coleccionables a la salida de las escuelas con el proposito que los niños primero las recogieran y luego desearan adquirir mas figuritas, plastificadas, y con brillantes colores. Esto hoy se oirá ridiculo, pero hace mas de 50 años era algo muy bien planeado e inusualmente feliz para los niños de primaria.
Vecino de nuestro medio, de aspecto Satanico, su esposa es una amable señora que circula en un triciclon, y su casa posee una palmera en el frente en una de las calles centricas de nues tra aldea pavimentada.
Lo cierto es que, -yendo al punto- es que la Sra Copis, a quien alguien le dijo que si sonreia se parece a Patricia Miccio, -para algunos deberia imitarla no solo en la sonrisa sinó en todo, muriendose por ej- o quien editó el programa, permitió que Moritan de unos 80 años hiciera el ridiculo vistiendo trajes que confecciona con botellas viejas de Sidra, o exhibiendo una suerte de rastra o cinturon seudo criollo de carton con monedas de curso legal vigente pegadas con cinta tipo "scotch" o similar.
Laura Copis es por cierto, mucho mas bella cuando seria, y sinó habla casi parece una mujer interesante.
Desde pequeños, en nuestro grupo de amigotes, nos parecia que Moritán era alguien de aspecto siniestro, sus tupidas cejas negras, enarcadas, le daban un aire de malevolo a su mirada, y para muchos, el repartir figuritas era solo una invitacion a caer en la tentacio´n como en los cuentos Europeos de Hansel y Gretel, personalmente todo eso siempre me pareció un pelotudés. pero, no pudo este modesto redactor mas que concluir que "la gente que parece rara en el fondo es mucho mas rara de lo que parece".
Sentir algo de empatica pena por Moritán resulta inevitable.
La edición hubiera sido relevante, y no permitir que un Moritán disfrazado se calzara un traje de botellas de plastico tipo Sprite, o que sacara una suerte de Facon de carton de una criolla rastra de Facon un pár de insistentes veces unos interminables segundos, sería mejor exposición que el silencio de lo no dicho.
A cierta edad se pierde el norte de la dignidad, y hay muchos hijos de puta que ayudan a que se pierdan en las altas mares de la pelotudés gente hasta ahora, respetada. Personalmente luego de un modesto esfuerzo de olvido, casi no recuerdo lo que vi en el programa de la bella Señora Copis, en donde creí ver al padre del Dr Moritán, exhibiendo trajes o disfraces que el mismo confecciona.
También, hice un fuerte esfuerzo para cambiar rapidamente de canal, en un sano ejercicio, de pudor y verguenza ajena. Es solo una opinión.