Lúdica esquizofrenia
El multifacético músico y actor Jano Seitún -reconocido por su protagónico publicitario de “Paul, el Sommelier” y como bajista de los exitosos Onda Vaga- presenta su quinta placa discográfica al frente de Alvy Singer Big Band.
“Intimidad con extraños” es el quinto disco de estudio del proyecto más personal de Seitún, a quien se lo puede encontrar tanto en la Orquesta Académica del Teatro Colón, el grupo de música infantil 4 Vientos, el combo ska Satélite Kingston, la tanguera Orquesta Típica Imperial o el experimento acústica de Los Campos Magnéticos.
Como compositor, entrega ahora un álbum ecléctico, con aires de swing, balada romántica, vals, gospel y cumbia, cuyo primer single es “Mi amor es así”.
Consultado acerca de la necesaria convivencia de sus alter-egos Jano, Alvy y Paul, explica que “inventé el personaje de Alvy con la necesidad de subrayar que la canción y el escenario son espacios ficcionales, irreales. Alvy es una máscara para poder decir otras cosas: en definitiva, mi primer contacto con la actuación. Obviamente Alvy tiene cosas mías, pero también se nutre del lenguaje de las telenovelas, del cine, de la lectura y de cualquier influencia ocasional. Y Paul es una consecuencia casual de este mecanismo. Me convocaron para encarnar este excéntrico sommelier, que va un poco más allá: se permite derrapar, reírse del mundo y sobre todo de sí mismo”.
“Quizás sean tres capas de una misma cebolla, o un juego de Mamushkas” aventura “Paul es la capa externa, la más popular, pero los curiosos que se animan llegan a descubrir a Alvy y todo su mundo musical. Más adentro estoy yo, Jano, manejando los hilos y divirtiéndome”.
Con llamativos invitados como Valeria Lynch, Nacho Rodríguez de Onda Vaga, y Shirley Santestevan (la enfermera/cocinera de su madre en la vida real), desfilan aires de swing, balada romántica, vals, gospel y cumbia. Pero nada es lo que parece: todo está teñido de una fresca irreverencia estilística. Comanda el buque, como siempre, Juan Stewart en la producción musical.
Luego de haber escrito en pareja las letras de su disco previo, “El tiempo del amor” (2011), Seitún inaugura esta vez con el poeta Aquiles Cristiani una sociedad creativa para darle a las letras del disco un tono distinto. La dupla despliega un abanico de historias que describen, entre otras cosas, la obsesión amorosa que deviene en el asesinato de un limonero o el último pedido de un amante abandonado; la humedad erótica de las tormentas; una visita a la casa de Sandro; la declaración de amor absoluta mientras se baila un lento; el deseo místico de una parada en éste mundo veloz, y hasta un exhaustivo análisis de la intimidad mencionada en el título.
Respetando a rajatabla la premisa de editar álbum en cada año impar (“Volumen uno” es de 2005, “La elegancia” de 2007 y “El corazón fantasma” de 2009), el artista confía que “el título puede tener varias lecturas; como explica la canción que cierra el disco, es una paradoja que nos sucede a todos todo el tiempo... Toda la gente que conocemos fue extraña para nosotros en algún momento. También es una reflexión sobre la sobreexposición que tiene una persona cuando protagoniza una saga publicitaria de alta rotación: el anonimato se ha perdido, en la calle nace la intimidad con extraños”.
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