El suceso que relato fue en una oportunidad el 22 de febrero de 1825 en la ciudad de Londres, donde por circunstancias en que Jose de San Martin en su exilio, había concurrido a dicha capital por motivos de ir a visitar a Merceditas, su hija se hallaba como pupila en un colegio. Fue a dar sus huesos a la casa de un amigo, el cual tenía en común un enemigo suyo: Bernardino Rivadavia, el cual se hallaba casualmente en la ciudad. Fue así que el dueño de casa, sabiendo de las diferencias profundas entre ambas figuras y que los cipayos Rivadarianos habían hecho burla del Libertador de America, habiendo publicado en un diario de Londres una caricatura cruel y grotesca de San Martín, el cual molestó al gran General que estando tan distante de su patria, fuera centro de actitudes despreciables, caricatura esta que reproducimos donde se lo dibujó al prócer, con figura de tigre, en donde se le escapa la corona real; burlándose de sus ideas de instalar un gobierno con un rey y una democracia parlamentaria.
En el desarrollo de la reunión, Rivadavia comenzó a tratar de muy malos modos al Libertador, por lo que en una forma caballera, mediante un allegado le hizo llegar a Rivadavía una nota retándolo a duelo. Fue que el dueño de la casa, al observar que las consecuencias podrían ser del punto de vista político imprevisibles, daba a la razón que no podría llevarse a cabo, salvando el honor del ofensor y el ofendido. Quizás fue determinante, que las dos figuras estaban entregadas al culto de la masonería, en casa de un masón y en una reunión de masones, los cuales asistieron "ampliamente y económicamente al General San Martín" en lo que duró su prolongado proceso de ausencia fuera de la patria por los motivos mas que conocidos.
Otros historiadores a cerca de este incidente, manifiestan que en una logia masónica ( no paramasónica como eran las para planear emancipaciones) presidida por Rivadavia, San Martín padeció las insolencias modernistas y antropocéntricas del gran cipayo que pretendía sustituir el RITO por una picada y unos vinos; se exasperó y lo retó a duelo; Rivadavia se excusó por un juramento masónico de no batirse en duelo con otro masón, ya que los dos tenían un tercer grado en la secta.
Del porqué la enemistad con Benardino Rivadavia:
Ese carácter de revolucionario hispanoamericano lo trae a San Martín al Río de la Plata y luego lo lleva a Chile, donde llega enarbolando una bandera que no es la argentina sino la del Ejército de los Andes, pues se trata de un ejército argentino-chileno, y después, a Perú, enarbolando bandera chilena. En ambos casos, procede como jefe de un ejército latinoamericano. Esa fue otra gran diferencia entre San Martín y algunos "próceres" . Quería la independencia, la libertad, pero en la unidad. Es decir, ser libres, pero conformando una Patria Grande junto a todos los pueblos de Sudamérica. Por eso, detestaba a Rivadavia, que se arrodillaba ante el capital extranjero. San Martín consideraba a los indios, negros y gauchos como "mis paisanos", en cambio Rivadavia los persiguió para destruirlos.
San Martín amaba la libertad y por eso en una de sus mas famosas proclamas dijo: "Seamos libres y lo demás no importa nada". Ser libres, aunque tengamos que andar "en pelotas como nuestros paisanos los indios".
El centralismo porteño, encarnado en la burguesía comercial de los rivadavianos, le ordenó al libertador "volver" con las tropas para enfrentar a los caudillos del interior. Pero San Martín buscó todos los caminos para evitar eso y en cambio llevó adelante la campaña libertadora, aun en contra de lo que quería el gobierno de Buenos Aires. Si bien se declaró enemigo de las luchas civiles dentro de la patria, San Martín tuvo mejores relaciones con los caudillos federales. Los rivadavianos nunca se lo perdonaron y por eso lo expatriaron, a tal punto que la prensa de esa época como el pasquin "Cosmos" se burlaba del Gran General y hacían capciosas críticas llamándole despectivamente "El rey José".
En el desarrollo de la reunión, Rivadavia comenzó a tratar de muy malos modos al Libertador, por lo que en una forma caballera, mediante un allegado le hizo llegar a Rivadavía una nota retándolo a duelo. Fue que el dueño de la casa, al observar que las consecuencias podrían ser del punto de vista político imprevisibles, daba a la razón que no podría llevarse a cabo, salvando el honor del ofensor y el ofendido. Quizás fue determinante, que las dos figuras estaban entregadas al culto de la masonería, en casa de un masón y en una reunión de masones, los cuales asistieron "ampliamente y económicamente al General San Martín" en lo que duró su prolongado proceso de ausencia fuera de la patria por los motivos mas que conocidos.
Otros historiadores a cerca de este incidente, manifiestan que en una logia masónica ( no paramasónica como eran las para planear emancipaciones) presidida por Rivadavia, San Martín padeció las insolencias modernistas y antropocéntricas del gran cipayo que pretendía sustituir el RITO por una picada y unos vinos; se exasperó y lo retó a duelo; Rivadavia se excusó por un juramento masónico de no batirse en duelo con otro masón, ya que los dos tenían un tercer grado en la secta.
Del porqué la enemistad con Benardino Rivadavia:
Ese carácter de revolucionario hispanoamericano lo trae a San Martín al Río de la Plata y luego lo lleva a Chile, donde llega enarbolando una bandera que no es la argentina sino la del Ejército de los Andes, pues se trata de un ejército argentino-chileno, y después, a Perú, enarbolando bandera chilena. En ambos casos, procede como jefe de un ejército latinoamericano. Esa fue otra gran diferencia entre San Martín y algunos "próceres" . Quería la independencia, la libertad, pero en la unidad. Es decir, ser libres, pero conformando una Patria Grande junto a todos los pueblos de Sudamérica. Por eso, detestaba a Rivadavia, que se arrodillaba ante el capital extranjero. San Martín consideraba a los indios, negros y gauchos como "mis paisanos", en cambio Rivadavia los persiguió para destruirlos.
San Martín amaba la libertad y por eso en una de sus mas famosas proclamas dijo: "Seamos libres y lo demás no importa nada". Ser libres, aunque tengamos que andar "en pelotas como nuestros paisanos los indios".
El centralismo porteño, encarnado en la burguesía comercial de los rivadavianos, le ordenó al libertador "volver" con las tropas para enfrentar a los caudillos del interior. Pero San Martín buscó todos los caminos para evitar eso y en cambio llevó adelante la campaña libertadora, aun en contra de lo que quería el gobierno de Buenos Aires. Si bien se declaró enemigo de las luchas civiles dentro de la patria, San Martín tuvo mejores relaciones con los caudillos federales. Los rivadavianos nunca se lo perdonaron y por eso lo expatriaron, a tal punto que la prensa de esa época como el pasquin "Cosmos" se burlaba del Gran General y hacían capciosas críticas llamándole despectivamente "El rey José".
Que fue a hacer RIVADAVIA A LONDRES:
ResponderBorrarInversiones británicas
El gobierno ARGENTINO procuró atraer capitales ingleses para explotar recursos naturales e intensificar la producción; para esto propició la formación de sociedades por acciones. Las más importantes fueron las destinadas a la explotación de las minas de Famatina en La Rioja, pero hemos visto que se organizaron dos sociedades rivales. Las dos sociedades fracasaron.
Hacia 1825 hubo en Europa una crisis económica que se reflejó en la Bolsa de Londres, y las acciones de empresas en América rebajaron sus precios y algunas sociedades quebraron. El capital inglés se retrajo; durante tres décadas no estuvo dispuesto a afrontar riesgos en estas tierras.
UNA VIEJA HISTORIA QUE VOLVIÓ A REPETIRSE...
E.M.L.D.C.
aguante san martin loco!!!
ResponderBorrarta bueno esto pare ece dolina
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