Historias de terror verídicas capítulo.. no se cuanto...Por el Mejor Lancero de calfucurá

Resultó ser  que esta conocida concurrió en consulta a un reconocido médico, el cual mas de una persona le había advertido- Tené cuidado por es mano larga- En fin, la cuestion es que uno entrega su confianza a un facultativo y que si alguien concurre al médico es por problemas de salud.
Llegó al consultorio, este médico quiso abusarla sexualmente y hasta le exhibió el pene, un pito negro que mas parecia un bicho canasto quemado-según ella-.

Este médico que ya es una leyenda tanto por sus exesos como sus extravagancias, contrarestado por las cantidad de vidas que ha salvado, mas allá de algún muerto, equilibra para esta sociedad pacata sus travesuras.
Conocido cocainómano, merquero de la primera hora, es un subproducto de la tanta mugre que esconde debajo de la alfombra la sociedad veinticinqueña y las autoridades locales que hasta que no reviente el tacho con mierda no se van a rasgar las vestiduras para aunque sea salvarlo del flajelo de la falopa.
Lo echaron en un episodio poco claro de hurto en el hospital, como asi también de la clínica, pero como resultaba ser " un mal necesario" al tiempo lo volvieron a tomar.
Su especialidad es manosear y decirles obcenidades a la señoras mayores, drogado o nó.

-A ver m´hija como anda su cotorra? decia el medico éste mano larga,
-pero doctor vengo por unos mareos, le decía la paciente...
-Sabés como me dijeron que te dicen a vos?- replica el médico-
-No señor ni idea...
-te dicen monte de eucaliptus porque sos puro cotorra, y la quiero ver, vocifera el facultativo..
-Me cobra una fortuna la consulta, me quiere manosear y encima no le importa una mierda por que estoy mareada, vállase a la concha de su madre!!- le dijo la paciente que le dió un portazo a la puerta del consultorio.
El doctor con el pasillo con pacientes para hacerse atender dijo: Pobrecita, cada vez le hace falta mas medicación, y no pasó a mayores que no sea un murmullo descuidado.

La realidad que supera ampliamente  a la ficción en esta hogueras de vanidades desencontradas; lo digo básicamente porque no existiría diferencia entre el degenerado que te puede hacer esto en una plaza en la oscuridad de la noche y en la sala de un consultorio. Pero la hipocresía social mas proverbial y el miedo, es una sustancia que ayuda a condenar a un sujeto y no al otro, según el rol que cumpla en la sociedad y esto ayuda y hace permisivo a los delincuentes, malandras, rufianes,traidores, borrachos, drogadictos, malditos, ladrones, vociferadores, mentirosos y ventajeros a que cumplan dentro de una función pública un rol de lo que jamás seran.