Es por ello que sin ninguna alusiòn ni tampoco relaciòn a nada ni con nada ni traido a colaciòn ni a razon de es que hemos encontrado unos textos que andan por ahi, reservandonos para nosotros y para quienes los conozcan de antemano y para el autor quizà, algunos de estos "breves" textos que publicaremos simplemente porque no somos un blog que debe ni puede sinò que quiere publicarlos.
Esperamos resulten de su agrado.
1) - UNA PELEA
Me empujaron a la salida. Hubo un tumulto blanco y después de una rápida investigación, quedé frente a frente con Carlos.
-¿Qué empujás?
Se formó una rueda. Alguien gritó:
-Fajálo...
Niñas aterrorizadas se sumaron al grupo.
Carlos se puso muy colorado. Manos crueles lo empujaron hacia mí.
Tito, falso caudillo y sujeto temido, me dijo:
-Dale... ¿O le tenés miedo?
Entonces le acomodé una piña y ahora ya sé que soy cobarde.
En la calle Caracas vivía un hombre que amaba a una rubia.
Pero ella lo despreciaba enteramente.
Unas cuadras más abajo dos morochas se morían por el hombre y se le ofrecían ante su puerta. El, las rechazaba honestamente.
El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo: amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar.
El hombre de la calle Caracas padeció ambas desgracias al mismo tiempo y murió una mañana ante el llanto de las morochas y la indiferencia de la rubia.
2)- EL HOMBRE QUE SE TRANSFORMABA DEMASIADO
El doctor Maderna aprendió a convertirse en mariposa cuando era un adolescente.
Más tarde adquirió nuevas destrezas y así llegó a transformarse en gato, en anguila, en pez, en caléndula y en escritorio.
Siendo adulto era capaz de convertirse en cualquier objeto a su capricho. Sin embargo, sus metamorfosis se hicieron tan frecuentes que su familia vivía en inquietud constante. Nadie se atrevía a matar a una cucaracha, por temor a que se tratara del doctor Maderna. Una noche lo arrojaron a la basura bajo la forma de una esponja usada y un domingo estuvo a punto de ser devorado por su propio hijo, quien no supo reconocerlo en un chorizo.
Cada vez era menos asidua su apariencia original.
Eso sí, nunca dejaba de asumirla el día de su cumpleaños, para no perderse obsequios y homenajes.
Una madrugada entraron ladrones y se lo robaron, cuando era un jarrón de cristal. Nunca más se supo de él.
Desde entonces, su pobre esposa recorre las casas y negocios de la ciudad, hablando tiernamente a los floreros:
- Ramón... Ramón... Maderna...
Pero los jarrones siempre son jarrones, o acaso son alguna otra persona.
Quién haya escrito estos delirios, ha conseguido que los engranajes de muchos cerebros lectores se aceiten! Enbuenahora!!!
ResponderBorrarQue tengan una excelente semana!
PAMELA MEDIOTTE
30.643.254
me parece que es dolina pamela.
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