El término argentino recorre el mundo y se impone tanto, que en algunos lugares como México ya se usa más que el típico "güey"
El periodista argentino, José Vales explica en una columna para El Universal de México cómo el término ya es palabra común por esas alturas.
"¿Qué hacés, boludo? ¿Cómo andás, boludo? ¡Mirá, boludo! ¡Qué boludo! ¡Qué grande, boludo! ¡Perdimos, boludo!", enumera en lo que define como diversos usos del adjetivo.
"Lo que hasta hace unos años podría parecerse a un insulto, los argentinos lograron que se convirtiera en apodo o en sinónimo de todos los nombres posibles, hasta cobrar, incluso, más fuerza y reconocimiento social que el güey de los mexicanos", escribe.
En cuanto definiciones, nombra la de los diccionarios que catalogan a la palabra como un insulto sinónimo de idiota. Sin embargo, el significado ya no es tal. Aunque dependiendo del tono de vos, puede ser ofensivo.
El término alcanzó un nuevo empuje de popularidad gracias al "Día del Boludo", que nació el 27 de junio de 2009 y que este año se celebró con cierta fruición, en virtud del bicentenario y del nacionalismo exacerbado que se vivía en el país, y porque "no hay una palabra tan fuerte que identifique tanto a sus habitantes como el 'boludo' en Argentina", sostiene justificadamente Agustín Arroyo, uno de los organizadores del día.
José Vales ejemplifica porque los argentinos usamos el término y hasta por qué somos "boludos". En el repaso histórico sobresalen frases como "el que depositó dólares, recibirá dólares", "este país es del primer mundo", y finalmente a algunas recientes como la de Maradona: "ya somos campeones", porque "somos los más grandes".
Hasta que la realidad pegó cuatro gritos en germano y dejó a los argentinos "hablando boludeces", concluye genial Vales.
Fuente: El Universal e INFOBAE.
A.I
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